ORIGEN DE LOS 10 MANDAMIENTOS
Dios le preguntó a los Griegos:
-"¿Ustedes quieren un mandamiento?"
-"¿Cuál sería el mandamiento, Señor?"
-"¡No matarás!"
-"No, gracias Señor. Eso interrumpiría nuestras conquistas."
Entonces Dios le preguntó a los Egipcios: "¿Ustedes quieren un mandamiento?"
-"¿Cuál sería el mandamiento, Señor?"
-"¡No cometerás adulterio!"
-"No, gracias Señor. Eso arruinaría nuestros fines de semana."
Dios entonces les preguntó a los Persas:
-"¿Ustedes quieren un mandamiento?"
-"¿Cuál sería el mandamiento, Señor?"
-"¡No robarás!"
-"No, gracias Señor. Eso arruinaría nuestra economía."
Y así Dios fue preguntando a todos los pueblos hasta llegar a los Judíos:
-"¿Ustedes quieren un mandamiento?"
-"¿Cuánto costaría?"
-"Es gratis."
"¡Entonces Danos diez Señor...!!!
Un cura, un pastor pentecostal y un rabino estaban a cargo de sus respectivos templos en una universidad del norte de Michigan.
Dos o tres veces a la semana, se reunían a tomar un café y charlar un rato.
Un día, uno de ellos hizo un comentario diciendo que predicarle a la gente no era tan difícil, que un verdadero desafío sería convertir a un oso.
Una cosa llevó a la otra, y decidieron hacer el experimento:cada uno se adentraría en el bosque, buscaría un oso, le predicaría y trataría de convertirlo a su respectiva fe.
Una semana más tarde se reunieron a comparar los resultados.
El padre Flannery, con su brazo en cabestrillo, varios vendajes en todo el cuerpo y apoyado en muletas, fue el primero:
- Bueno, entré al bosque buscando al oso. Cuando lo encontré, comencé a leerle el catecismo. El oso no quería saber nada al respecto y comenzó a pegarme con sus enormes brazos.
Así que rápidamente tomé mi agua bendita, lo salpiqué con ella y por Dios y la Santísima Virgen les juro que se puso manso como un corderito. El obispo vendrá la próxima semana a darle su primera comunión y su confirmación.
El reverendo Billy Bob habló después.
Estaba en silla de ruedas, tenía un brazo y ambas piernas enyesadas y tenía suero conectado al otro brazo.
En su encendida oratoria relató:
- BUENO, hermanos, ¡ustedes SABEN que NOSOTROS no salpicamos a la gente!
Cuando ENCONTRÉ al oso, comencé a leerle la PALABRA SAGRADA DEL SEÑOR.
Pero este oso no quería saber nada conmigo, así que lo AGARRÉ del brazo y comenzamos a luchar.
Rodamos colina abajo, luego seguimos luchando mientras SUBÍAMOS otra colina y volvimos a RODAR hacia abajo hasta terminar en un arroyo.
Entonces rápidamente HUNDÍ su cabeza en el agua y BAUTICÉ su peluda alma. Y exactamente como te pasó a tí -añadió mirando al cura- se volvió manso como un cordero y pasamos el día alabando a Jesús.
El cura y el reverendo miraron al rabino, que yacía en una cama de hospital.
Tenía yeso por todo el cuerpo, varios suministros de remedios, sangre por vía endovenosa y monitores que verificaban constantemente su condición.
Estaba realmente mal cuando los miró y les dijo:
- Mirándolo en retrospectiva, creo que la circuncisión no era la mejor manera de intentar convertirlo...............
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