jueves, 14 de octubre de 2010

Algunos cuentos de gallegos...

Llega Manolo corriendo a la tienda de deportes; desnudo, pero calzado con
zapatillas.
Ante la sorpresa de los clientes y vendedores, el encargado le pregunta:"¿Qué necesita, señor?".

-"Quiero una camiseta como la de Beckham, con el número 23, como para mí"-, responde Manolo.
El encargado toma una camiseta de la talla de Manolo y la extiende en el mostrador.
-"Pues, ¿cuánto vale, hombre?-, pregunta Manolo.
"Son 60 euros"-, responde el dependiente.
-"¡La llevo!... Aquí tiene sus 30 euros- dice Manolo, entusiasmado.
-"Mi amigo..."-, aclara el dependiente -"...me ha oído mal, le dije 60 euros."
-"Lo he oído perfectamente; aquí tiene sus 30 euros y déme la camiseta"-, insiste Manolo.
-"¡Joder!..."-, exclama el dependiente -"...si le digo 60, es porque vale 60 y no 30..."
Manolo, ya enojado, responde: "Entonces, ¿por qué tenéis ese cartel en la vidriera?"
-"¿A cuál de ellos se refiere?-, pregunta el dependiente.
-"A aquél que dice:
"EN PELOTAS Y ZAPATILLAS, 50% DE DESCUENTO"


En un pueblo de una pequeña comarca gallega, un campesino llega al almacén del pueblo en un crudo día de invierno, con una tremenda helada, y un frio que te podrías reír de
Siberia.
- Manuel, le dice al dueño,….. quiero que me vendas una de esas bolsas de goma que
se le pone agua caliente adentro para calentar la cama y tener los pies calientes.
- Coño, Ramón, que mala suerte la tuya; justamente esta mañana le vendí la ultima a
María. la de la casa de Cosio.
Ramón puteando: -¿ que hago yo ahora con el frio que hace por la noche ?
- No te preocupes hombre, yo te prestaré mi gato.
- ¿Tu gato?
- Mi gato es gordito, te lo colocas en los pies dentro de la cama y verás que
calorcito que te da toda la noche. El martes volveré a tener bolsas así que vienes
por una y me lo devuelves.
- Bueno, gracias Manuel.
Ramón toma el gato y se dirige a su casa.
El día siguiente se aparece Ramón con la cara desfigurada por los rasguños, en la
tienda de Manuel.
- Manuel vengo a devolverte este gato de mierda y te lo puedes meter por el culo.
Mira como me dejó el malparido.
- Pero Ramón, ¿que pasó? si es lo más manso que hay.
- ¿Manso…? La madre que lo parió, el embudo en el culo se lo aguantó, pero cuando
empecé a echarle el agua hirviendo se puso como loco......

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